¿Restyling o Rebranding? Saber que elegir.
¿Refrescarse o Reinventarse?
Existen determinadas etapas en las cuales se dan cuenta que su cliente habitual ha cambiado o en las cuales ven que es el momento de hacer una reestructuración con el objetivo de llegar a un público nuevo.
Es en estos casos cuando la marca decide hacer una investigación tanto interna como externa con el objetivo de revisar todo lo que está sucediendo en el mercado y en su empresa para tener claras cuáles son las decisiones que se deben tomar. Está claro que la solución no va a ser siempre realizar un restyling o un rebranding pero tras haber hecho los análisis necesarios tendremos claro hacia donde debemos encaminarnos.
¿Restyling?
El restyling consiste en un lavado de cara del logotipo de la empresa con el fin de captar nuevos clientes o de afianzar los que ya tenemos. Este logotipo es más que un simple diseño ya que consigue diferenciarnos de los competidores y se acaba convirtiendo en una marca. En determinadas ocasiones este logotipo se ha quedado obsoleto y hay que darle una inyección de color o insertar una nueva tipografía.
A simple vista pueden parecer cosas sencillas pero a través de estas maniobras la empresa se juega mucho. Estos cambios en el logotipo pueden ser tanto positivos como negativos. A la hora de hacer un restyling es importante que no solo nos centremos en el logotipo, también ha de notarse el cambio en la filosofía de la empresa y en la publicidad.
¿Rebranding?
Si tenemos en mente un rebranding vamos a enfrentarnos a cambios más grandes. El rebranding no se trata únicamente de cambiar el logotipo, implica un cambio mucho mayor. Es un cambio a largo plazo y se realiza ante la amenaza de nuevos competidores o si vemos que nuestro mercado se va ampliando. La comunicación va a jugar un papel esencial ya que ante esta reestructuración no queremos perder clientes por lo tanto les iremos haciendo partícipes de las novedades en nuestra empresa.
Los cambios que hagamos serán cuidadosamente analizados para evitar cometer algún fallo del que luego tengamos que lamentarnos. Si nuestra marca estuviera estancada entonces el rebranding sería una buena solución pero si estamos en pleno crecimiento no conviene hacer un rebranding ya que podríamos confundir a nuestros clientes.
A la hora de realizar un restyling o un rebranding deberemos estar muy seguros de las acciones que vamos a realizar y tener las ideas claras.
Pero: ¡TEN CUIDADO! EL RESTYLING PUEDE DARTE RESPUESTAS NEGATIVAS.
Si bien muchas marcas han tenido éxito con la evolución de marcas, hay varias que no han podido recrear una imagen de marca representativa a la compañía, al producto o a la experiencia; Echemos un vistazo a Tropicana, una gran compañía que ha luchado por renovar su imagen dando un salto atrás cuanto a identificación de marca, que más que posicionar un estilo que estaba afianzado su Packaging se ha vuelto más bien con un diseño propio de marcas blancas.
Como expertos en renovación de marcas, es común que los clientes nos consulten si necesitan un restyling o un rebranding. Aunque similares, existen diferencias clave entre estas estrategias:
El restyling implica cambios superficiales como actualizar el logotipo, colores, empaques o elementos visuales, manteniendo la esencia de marca. Su objetivo es modernizar la imagen para nuevos targets o contextos, sin alterar los atributos centrales.
El rebranding va más allá, redefiniendo aspectos fundamentales como nombre, posicionamiento, promesa al cliente e identidad. Representa una transformación profunda de la marca.
¿CUÁNDO HACER RESTYLING O REBRANDING?
El restyling es recomendable cuando la marca goza de fortaleza pero su imagen se ha vuelto obsoleta. Un lavado de cara actualiza su atracción. En cambio, el rebranding aplica cuando ha perdido relevancia en el mercado o requiere reposicionarse completamente.
Ambos procesos deben manejarse con delicadeza para no alienar a los consumidores actuales. Un error común es aplicar un rebranding radical cuando bastaba un restyling.
Se requiere testing exhaustivo de los cambios propuestos y estrategias para gerenciar la transición, como mantener algunos elementos icónicos o comunicar el porqué de la renovación.
Finalmente, más allá de elegir entre un restyling o rebranding, lo crucial es entender dónde debe reinventarse la marca y dónde es mejor conservar o solo mejorar lo existente. Un análisis riguroso y visión objetiva permitirán determinar la mezcla ideal entre cambio y continuidad para revitalizar una marca conectando con nuevas audiencias sin perder las actuales.